Clara, Rosa, Fina, Anna y Marga explican su experiencia como voluntarias del aula de acogida de NOIMA, la Escuela de Nuevas Oportunidades de la Garrotxa
Pasión por la docencia y el altruismo. Es lo que comparten Clara Guindulain, Rosa Juncà, Fina Capdevila, Anna Prat y Marga Plaza, voluntarias del aula de acogida de NOIMA, la Escuela de Nuevas Oportunidades de la Garrotxa, una iniciativa impulsada desde La Fageda y que nace en colaboración con el Ayuntamiento de Olot.
Todas ellas, jubiladas de entre 60 y 75 años, viven desde hace años en Sant Pere de Torelló, Olot y Sant Joan les Fonts y han destinado buena parte de su vida a la enseñanza, ejerciendo de maestras en escuelas públicas y concertadas y gestionando aulas de acogida de alumnas, entre otros. También, han trabajado en guarderías, en centros de formación de adultos y en centros de niños con capacidades diversas. El voluntariado y el afán de ayudar a las personas siempre las ha distinguido, puesto que han formado parte de cooperativas de maestros y maestras, movimientos de escultismo, entidades de beneficencia…
Hoy, nos explican su experiencia como voluntarias. Las 5 coinciden que es importante que NOIMA continúe trabajando en pro de la comarca de la Garrotxa, que el proyecto se tiene que extrapolar en otras regiones y que es esencial garantizar los recursos económicos y humanos para hacer crecer la iniciativa.
Clara conoció NOIMA gracias a una noticia de TV3. “Enseguida pensé que tenía que colaborar con este proyecto”, afirma. A continuación, se puso en contacto con el equipo de la escuela y llamó a Rosa, con quien habían trabajado muchos años juntas. Rosa, por su parte, le comentó a Fina, a quien también conocía. Y así, despacio, se ha ido tejiendo una red de voluntarias que apoyan a los educadores y son un pilar esencial de la escuela.
Marga y Anna llegaron a NOIMA a través de otra vía, pero también tienen en común que ya se conocían de antes y compartieron parte de su vida laboral, trabajando en la misma escuela. “Hace unos años, el Ayuntamiento de Olot inició un programa de voluntariado para impulsar la alfabetización de chicos y chicas que llegaban a Cataluña y que no habían podido acceder a la escuela secundaria, ni a la de adultos, porque estaban en una edad intermedia”, explica Anna. Ellas colaboraban y, al finalizar este programa, al poco tiempo, se creó NOIMA, y desde el consistorio les propusieron formar parte.
Las 5 voluntarias con el Àngel Serrat, director técnico de NOIMA.
Actualmente, contribuyen en mejorar las competencias de expresión escrita, comprensión lectora y expresión artística del alumnado del aula de acogida de NOIMA, un programa dirigido a jóvenes recién llegados a la Garrotxa que no disponen de la competencia lingüística necesaria para poder iniciar un itinerario formativo. El proyecto vincula el aprendizaje de la lengua catalana con el arraigo del alumnado al territorio. Clara, Rosa, Fina, Anna y Marga no están solas, puesto que hay dos otras voluntarias que no han podido participar en esta entrevista, Janina Mas y Conxita Ayats, y además, están siempre coordinadas con el equipo interno de NOIMA.
- ¿En que consiste el voluntariado que desarrolláis en NOIMA?
Clara Guindulain (CG): Nosotras tres [Clara, Rosa y Fina], venimos los jueves y llevamos una clase de lectura y escritura. Los alumnos están divididos en 3 grupos diferentes, encabezados por cada una de nosotras. En mi caso, me encargo del alumnado que tiene la capacidad de desarrollar frases enteras en catalán. Quieren saber escribir, hablar… Saben que necesitan aprendizaje en este campo para poder salir adelante aquí en Cataluña.
En la fotografía, Clara (izquierda) y Rosa (derecha), acompañada de algunos alumnos del aula de acogida. Consideran que los jóvenes están muy agradecidos de la colaboración de las voluntarias con el centro.
Rosa Juncà (RJ): Yo me ocupo de los que empiezan a leer y escribir, o de los que saben leer, pero no saben escribir. Cada día, las 3 hacemos un diario, donde nos apuntamos cómo ha ido la clase y los progresos o las dificultades de los alumnos.
Fina Capdevila (FC): Finalmente, yo llevo los que hace muy poco que han llegado a Cataluña, y se encuentran en una situación muy inicial. Los que han ido a la escuela, les es más fácil reconocer el alfabeto, pero no entienden los textos. Otros, también saben identificar vocabulario catalán, pero no saben leer. Ven que la lengua y la lectura es muy importante, la necesitan para poderse introducir en el mundo laboral.
- ¿Además de la lectura y la escritura, os ocupáis de algún otro campo de aprendizaje?
CG: Después de almorzar, que desde NOIMA se da un yogur de La Fageda a cada alumno, nos dedicamos a la expresión artística. Unimos los 3 grupos y nos acompaña un educador de NOIMA. Preparamos actividades de motricidad, pero también otras acciones que les sirvan para expresarse y trabajar vocabulario o temas que hemos tocado, como, por ejemplo, la papiroflexia, el tangram para aprender matemáticas, la elaboración de murales para repasar conceptos vistos en excursiones que hemos hecho… Se concentran en esto y son muy trabajadores.
Fina, en una actividad de expresión artística de este curso, con el alumnado de NOIMA.
FC: En esta clase vemos realmente cómo es cada cual, conoces su ritmo de trabajo. Muchos de ellos no han tenido la oportunidad de acceder a material de expresión artística, no lo conocen, no han visto nunca unas tijeras. Ligamos las actividades con el entorno, temas que hemos trabajado…
RJ: También, hemos organizado un par de salidas fuera, como, por ejemplo, al Mercado de Olot. El objetivo era que aprendieran a pedir los productos y los precios en catalán.
CG: El otro día también salimos a buscar formas geométricas por las calles de Olot. Hicimos un dibujo de la casa Solà Morales, situada en el Ferial.
- ¿Y vosotros, Anna y Marga?
Anna Prat (AP): Vengo los lunes, y tengo un grupo de alumnos. Son los que acaban de llegar a Cataluña o tienen más dificultades en la lectura y la escritura. Siempre intento hacerlos hablar, dar mucha importancia a la expresión oral, repetir estructuras lingüísticas y vocabulario… En cuanto a la valoración del alumnado, una vez acabamos la clase, hago el traspaso y comparto impresiones con el equipo de educadores de NOIMA.
Marga Plaza (MP): Yo, en cambio, hago matemáticas a dos grupos de diferentes niveles de aprendizaje los martes. Algunos, por ejemplo, sabían sumar y restar, pero no entendían qué quería decir. Cada día que vengo, una vez acabada la clase, hago un seguimiento a las tutoras de NOIMA para explicar cómo va la clase, y también hemos hecho alguna reunión a lo largo del curso para enfocar las clases.
Marga, en el centro de la fotografía, en una de las clases, considera que NOIMA es un modelo que se tiene que llevar a otros lugares de Cataluña.
- ¿Qué creéis que aporta al alumnado el conocimiento y la formación que les transmitís?
CG: Se sienten acogidos y escuchados.
AP: Ven un camino que los llevará hacia algún lugar. Tienen objetivos.
FC: Se sienten muy agradecidos de nuestras clases, ves que hacen un esfuerzo porque muchos de ellos tienen que trabajar, y vienen con sueño y cansados. A pesar de que están dispersos, tienen muchas ganas de aprender. Muchos de ellos no tienen familia aquí, y nosotras les damos un gran apoyo.
RJ: Todos ellos llevan su mochila de experiencias y vivencias, y se sienten muy acompañados por NOIMA. Vemos que nos aprecian y se interesan por nosotras. A veces nos preguntan por qué no venimos cada día o por qué en una salida no ha podido venir una voluntaria…
MP: Somos un referente para ellos en este país.
Anna Prat, a la derecha de la imagen, considera que NOIMA es un proyecto muy enriquecedor y necesario para la comarca.
- ¿Cómo motivaríais a otra persona a hacer de voluntaria en NOIMA?
CG: Nosotras recibimos mucho más, de lo que damos. Haciendo el voluntariado aprendes de la vida, de forma muy humana, de nosotras mismas. Es un gran aprendizaje. Estoy muy agradecida de haber conocido NOIMA. Es un proyecto que tiene un sentido, porque vemos como hay aulas de acogida en los institutos y en las escuelas, pero los chicos y chicas de esta franja de edad no pueden acceder al sistema educativo. La Garrotxa tiene la suerte de tener este proyecto con futuro, y se tienen que asegurar sus recursos.
RJ: NOIMA nos permite conocer desde bien cerca las realidades que tenemos en nuestra comarca, que, si no trabajas directamente, no eres capaz de imaginártelo. NOIMA es importante para la comarca de la Garrotxa, porque damos a estos alumnos educación y formación, y les facilitamos la integración en la sociedad.
MP: Si este proyecto todavía se visualiza más, creará escuela. ¡Lo que también valoro muy positivamente es que los educadores de NOIMA son capaces de adaptarse al alumnado, y a nosotras, las voluntarias! Es un proyecto que se tiene que exportar en otras zonas. Se tiene que dar gracias a La Fageda por todo lo que han hecho.
AP: Es un proyecto que merece la pena. Es básico coger esta franja de edad, chicos y chicas que empiezan una nueva historia aquí, y poderlos ir acompañando.
FC: Y a escala global, no solo académica. Sentimos que los alumnos nos quieren y nos valoran.
Eva Güibas, periodista. La Fageda.
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